Actualmente, el café es una de las bebidas más consumidas del mundo y también una de las industrias más potentes que existen dentro del sector agroalimentario mundial.
Se obtiene de una planta con forma de arbusto conocida como cafeto que crece en zonas tropicales y ecuatoriales. De frutos rojos y carnosos se tuestan para que adquieran el aroma y sabor al que estamos acostumbrados. Existen diferentes especies de café, destaca la Arábica, la especie original y la que centra el 75% de la producción mundial.
Como sabemos el cafeto se cultiva en numerosos países de Latinoamérica, África y Asia, España no es uno de ellos, con una excepción.
Dentro de nuestras fronteras, tan sólo Canarias cuenta con un clima lo suficientemente cálido y húmedo. En el valle de Agaete se encuentra el único cafetal de Europa, en el que tan sólo se producen 5.000kg de la variedad Typica.
Cuenta la historia oficial que ya por el siglo XVIII se datan indicios de existencia de café en Canarias, concretamente en la isla de Tenerife. Comenzó a plantarse en casi todas las islas Canarias a finales del XIX. A partir de 1930/40, sin embargo, la producción se retrae y desaparece excepto en este valle de Gran Canaria donde parece haber encontrado las condiciones climáticas necesarias para desarrollarse.
Unas condiciones climatológicas favorables, con temperaturas que no bajan de los 18 o 17 grados y escasas precipitaciones, unido a la peculiaridad de su terreno volcánico hacen del municipio de Agaete, al noroeste de la isla de Gran Canaria, un lugar idóneo para el cultivo de un café de gran calidad. Este producto, que presume de ser el único que se cultiva en Europa, se cobija bajo la protección de aguacateros, naranjos, mangos y otros árboles frutales que aportan a la planta la sombra que necesita para poder crecer y dar sus granos de café.
Este peculiar valle canario no pretende hacer de este producto un negocio para la exportación, pues se acabarían rápidamente las existencias. Entre sus objetivos está el de consolidarlo como un reclamo más para que los visitantes se acerquen hasta el pueblo para apreciar los cafetales, saborear el café y disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad que aporta este municipio. Es una forma de adentrarse más en la cultura canaria y de contemplar el archipiélago y sus particularidades climáticas dentro de España.