A unos meses de cumplirse un año del desafío independentista de Cataluña, ya hay datos oficiales del número total de sociedades que han salido de la región.
La llegada a la presidencia de la Generalitat de Quim Torra no ha hecho más que incrementar las salidas.
La llegada a la presidencia de la Generalitat de Quim Torra no ha hecho más que incrementar las salidas.
La aplicación del artículo 155 de la Constitución no llegó a paralizar los cambios de domicilio social, aunque sí que los ralentizó durante la vigencia del mismo.
Los registros mercantiles de Cataluña han constatado hasta el pasado mes de junio la salida de un total de 4.558 empresas.
Las cifras ponen en apuros a la Generalitat Catalana y a la estabilidad económica de la comunidad. Las 62 principales empresas que han trasladado su sede social fuera de Cataluña suponen un impacto directo en el PIB de 11.540 millones de euros, lo que representa un 5,4% de la economía catalana y un 1% de la economía española en su conjunto.
Sin vuelta atrás.
El argumento que esgrime la mayor parte de las empresas que se han marchado es que el cambio de domicilio social es un movimiento estratégico para proteger los intereses de sus accionistas, clientes y empleados. La mayoría no se plantea volver, el separatismo continúa latente y los cambios de sede pueden ser irreversible por años.